Como ya sabréis, el próximo jueves día 29 tendrá lugar en todo el país una huelga general convocada por los dos sindicatos mayoritarios (CCOO y UGT) en contra de la reforma laboral llevada a cabo por el gobierno de Mariano Rajoy. Hasta aquí, todo más o menos normal, nada extraño que no sucedería en una democracia sana y real. Pero dejemos a un lado el porqué y centrémonos en el cómo.
Por experiencias pasadas de hace año y medio, supongo que este jueves se colocarán en las puertas del campus universitario los famosos piquetes informativos para impedirme la entrada. Si aún así consigo superarlos me encontraré con todos los edificios cerrados, aulas, bibliotecas, copisterías, cafeterías,... Con lo cual, yo perderé un día de clase, un día que se supone he pagado en mi matrícula. Cierto que yo puedo aprovechar ese día como prefiera, poniendo al día mis apuntes, haciendo ejercicios, repasando,... lo que sea con tal de que no sea un día académicamente perdido. Pero toda esta situación me sugiere algunas preguntas que ahora yo os traslado.
¿El derecho a la huelga está por encima del derecho al trabajo de otros? ¿Debemos apoyar a los sindicatos (teóricos defensores de los trabajadores y de todos nosotros) en una huelga aunque no estemos de acuerdo con ella, suponiendo que va en favor del bien común? ¿Deben prestarse servicios mínimos? ¿Cómo de mínimos tendrían que ser esos servicios? ¿Debo perder mi derecho a clase por el derecho a huelga de los conserjes? ¿Debe perder un conserje su derecho a hacer huelga por mi derecho a dar clase? ¿Ir a clase (o trabajar) y hacer huelga son realmente derechos? ¿Es el derecho a huelga inherente al ser humano o es consecuencia de nuestra sociedad?
miércoles, 21 de marzo de 2012
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14 comentarios:
Sólo diré una cosa al respecto:
Está en juego nuestro futuro y nosotros solo salimos a la calle para celebrar una victoria de nuestro partido de fútbol.
Así están las cosas.
Takuskita, aquí no intentamos determinar si la huelga (esta huelga) es legítima o no, ése es otro cantar. Lo que se plantea es si el derecho a huelga es legítimo y si está por encima del derecho al trabajo.
Coincido contigo, Juanjo, en que nadie, apoye o no la huelga, puede imponer su opinión. Para mí, sólo hay dos derechos que priman sobre los demás, a saber, el derecho a la vida y el derecho a la dignidad humana, y es porque estos derechos son la base para los otros.
Cualquiera con dos dedos de frente puede ver que los sindicatos en España son de risa, pero reímos por no llorar. Matizaré un poco más: UGT y CCOO han sido lo peor que les ha pasado a los trabajadores (auténticos trabajadores) en la última década (que es en la que tengo memoria socio-política). Pero cómo decía antes, ésa es sólo mi opinión y no es eso de lo que pretendía hablar. Perdón por salirme del tema.
Estamos de acuerdo en que se debe respetar el derecho a hacer o no hacer huelga, ¿no? entonces, pregunto, ¿si el 100% de los conductores de autobús (metro u otros) quieren hacer huelga, hay que obligar a alguno a trabajar para que yo pueda ir a mi puesto de trabajo? ¿Debe renunciar él a su derecho a huelga por mi derecho a trabajar? ¿O soy yo, que soy el que quiere hacer valer ese derecho, el que debo buscarme la vida para lograrlo?
El derecho a huelga es individual, pero no es concebido así. La unión hace la fuerza. Quizá por eso, lo que trasciende cuando se realiza una huelga no es que Marcial Sánchez Rojo, el autobusero, haya ido a la huelga. Lo que se tiene en cuenta es si el colectivo de autobuseros ha ido a la huelga y, si lo han hecho, en qué porcentaje. A la hora de practicar libremente el derecho a no acudir al trabajo no cuenta el individuo, sino la suma de los mismos bajo una misma etiqueta, bajo un colectivo.
Ahora bien, sobre el debate de los servicios mínimos, por supuesto debe haberlos. El año pasado se produjo una huelga de controladores aéreos. Sirve como ejemplo para lo que quiero expresaros. El espacio aéreo español estuvo detenido o, como se dijo, “secuestrado”, con millones de afectados en todo el mundo. Vale, aquella vez fue sin avisar. Pero de una manera semejante, tan sólo imaginar la posibilidad de que se detuvieran, no ya el espacio aéreo, sino los hospitales, los servicios de emergencias, la policía, tráfico, los sistemas de control y vigilancia, etc. Ese día seguro se crecerían exponencialmente las muertes, los atracos, la violencia, etc. Sería un día de retorno a las cavernas.
Pero lo que más me preocupa a mí y cada vez que hay huelga me indigna más es ver cómo, aquellos que secundan la huelga y se hacen llamar progresistas sindicalistas, amedrentan, amenazan y coaccionan a los que tan legítimamente como ellos deciden no ir a la huelga. Llamémoslos piquetes o, si preferís, terroristas de la libertad. Por un día se convierten en grises sembrando el miedo entre los trabajadores, favoreciendo que se produzcan unos resultados de seguimiento que no son puros, porque no son libres. Es un escándalo y nadie levanta nunca la voz por ello.
Hay que tener en cuenta otra realidad tan asquerosa como esta y es la de los empresarios que de la misma manera amenazan a sus trabajadores si van a la huelga con despedirlos o no pagarles el día. Otra vergüenza. Ellos también acuchillan un sistema ya de por sí necesitado de vendas, porque no hace más que sangrar.
Oye, y un gustazo que se vuelva a encender, dure lo que dure, la luz de la cueva. Saludos ;)
Tan sólo recordar a nuetsro amigo opinador que los días de huelga NO se cobran, con lo que ningún empresario puede amenazar con eso (con otras cosas puede, pero no debe). No sé si hay excepciones o qué, ya que según profesor mío los profesores de Universidad cobran aunque haya huelga, pero vamos, no es la norma habitual. Si alguien hace huelga, ese día no lo cobra (el que algo quiere, algo le cuesta).
Hombre, es que mirándolo bien, si el empresario no genera ingresos durante ese tiempo por una cuestión tan excepcional como una huelga, todo lo que sea pagar sueldos significa perder dinero. Hacerlo de su propio bolsillo porque no ha obtenido ingresos.
Aunque también hay otros casos, como los servicios públicos, donde, por lo general, no se obtienen ingresos de su funcionamiento y, por lo tanto, dejar de pagar el sueldo no tendría mucho sentido.
Pero volviendo al caso de una empresa normal, tampoco es justo que un trabajador tenga que renunciar a su sueldo de ese día por no trabajar. Si son causas justificadas la enfermedad, el luto o tantos otros impedimentos, más justificada me parece una huelga general.
¿A vosotros qué os parece?
¿Nadie ha sido capaz de decir que la huelga es en Marzo y no en Mayo? Ya veo lo atentos que estábais.
Pero bueno, si yo no le doy al interruptor, la luz no se enciende; si no abro el grifo, no sale el agua; y si hago huelga y no trabajo, no cobro; esto es así de toda la vida. ¿O acaso los autónomos cobran si no abren sus fruterías, bares y otros etcéteras? Da igual que sea por huelga, enfermedad o simple descanso. Si ir a la huelga implica no cobrar, ésta ya supone un esfuerzo y no habrá gente que se aprovechará de ella para otros fines. Quién apoye la huelga, que lo demuestre.
Bueno principalmente decir que me alegro que esto siga fluyendo después de tantísimo tiempo.
Respecto al tema, yo pienso al igual que Juanjo todo lo que he podido llegar a ver. Puedo llegar a entender que a los huelguistas les moleste ver como ellos luchan por sus derechos mientras otros trabajadores o los mismos alumnos de un instituto asisten a las clases, pero lo que me es imposible llegar a entender racionalmente son los recortes de libertad ajena que llegan a realizar algunos de estos, evitando el paso de otros que quieren aprender o simplemente no se pueden permitir el recorte de sueldo. Y a su vez, a los que están en huelga veo bien que no les cobren ese día, estos a su vez no tienen justificación para quejarse. ¿Acaso las empresas privadas deben ser obras de caridad? Tampoco creo que eso deba de ser así, a fin de cuentas el empresario tiene también derechos. En cuanto a las empresas públicas veo igual de bien que no cobren los días no trabajados, porque, aunque no generen riqueza tampoco hay porqué regalar el dinero, además de que sería una desigualdad tremenda entre empresas públicas y privadas.
Y perdón por no haber comentado antes, llevo unos días sin conectarme.
x)
Pero tened en cuenta que, por lo general, el trabajador no cobra según la riqueza que genera. Quiero decir que en algunos casos justificáis que si ese día no se crea riqueza, ni el empresario gana ni el trabajador cobra. Muy bien, pero si esa ecuación fuera justa también supondría que esos días en los que el trabajador genere más riqueza, el empresario gana más pero también el trabajador cobra más.
Para mí eso sería lo justo. Aunque ya sería entrar en temas de plusvalías y tal.
Pero lo que está claro es que si un trabajador echa, por ejemplo, una hora más a la semana de lo que tiene firmado por exigencias de sus labores o de su jefe, ese trabajador debería cobrar esa hora. Y eso no pasa. Aunque esté regulado para que sea así, (horas extra) la realidad es que no suele ocurrir.
Por tanto, lo único que recibe un trabajador si es productivo es que a su empresa le vaya bien. Pero es que ni aún así tiene asegurado que no se vaya a la puta calle.
Lo que quiero decir con todo esto es que bien, si ese día no se trabaja por decisión propia no veo del todo mal que no se cobre. Ahora bien, si el empresario cumple esa norma, que no dude en cumplir aquellas otras que no le interesan tanto como pagar por horas extra (o, ya si nos motivamos del todo, salario mínimo de risa, encadenamiento de trabajos temporales, contratos de becarios con 30 años, despidos -o ere´s como gusta más decir- masivos, etc.)
Juanjo, una pregunta sin maldad: ¿Por qué no vas a manifestarte? ¿Tiene que ver con los convocantes?
Disiento contigo opinador. Que a una empresa le vaya bien es lo mejor que le puede pasar a sus trabajadores. Mientras a la empresa le vaya bien y sea rentable, no habrá necesidad de recortes salariales o de personal. De hecho, si muestra interés e inicitaiva en su trabajo para mejorar su empresa su jefe acabará fijándose en él y si este jefe es inteligente (y la mayoría de los jefes lo son) confiará en él y lo recompensará con un ascenso o similar. Por supuesto que el jefe lo hace no por el bien del trabajador, sino por el de la empresa: si pone a un trabajador eficiente como "capataz" o "encargado", la empresa irá mucho mejor. Y esa mejoría redunda en todos, trabajadores y empresario.
¡Desterremos de una vez el tópico de empresarios tiránicos que están deseando esclavizar proletarios para despedirlo en cuanto no sean útiles! El primer interesado en contratar y no despedir es el propio empresario. Por supuesto (y por desgracia) que hay contratos basura, pero son algo normal y lógico dada la situación: en medio de esta crisis, el empresario tiene miedo a perder su capital y busca asegurarlo lo más posible. De ahí que no se arriesguen a contratar gente durante mucho tiempo, ya que si la empresa quiebra (como muchas en estos años) tendrán que idemnizar con una cuantiosa cantidad a los contratados. Así que lo que intenta es poner en marcha su empresa (o que no se derrumbe si es una empresa ya establecida) minimizando costes. Y eso no es malo, es genial porque las empresas, grandes o pequeñas, son la base y estructura vital de nuestra sistema económico.
Y recuerd que cuando hablamos de "empresarios" nos estamos refiriendo al frutero de la esquina que contrata a un "mozo" para los encargos a domicilio, al tintorero que tiene que retrasarle el sueldo a la mujer que le plancha para poder pagar la lavadora que les da a ambos un trabajo, al dueño del bar que cuanto más tiempo lo tiene abierto más gana, incluya horas extras o no para los camareros. Éstas son nuestras empresas, en las que debémos fijarnos y a las que debemos ayudar para salir de la crisis. Porque si ayudamos a la empresas, éstas por extensión ayudan al trabajador y no al contrario.
Y ya que estamos, todos más o menos hemos defendido el derecho a huelga de aquellos que deseen secundarla, pero permitidme que dude un poco de ese "derecho". Hemos hablado ya de la necesidad de unos servicios mínimos en áreas como sanidad y seguridad para evitar determinadas "desgracias sociales". Son necesarios para el bien de todos y por eso se aplican, hasta ahí de acuerdo. Pero hay otra forma de verlo: hay un grupo de trabajadores (médicos, policías,...) a los que se les está negando el "derecho" a huelga (independientemente de que la apoyen o no) para que la sociedad funcione. Por resumirlo en una frase, sacrificas el derecho de algunos por el bien común.
Pensad si aplicáramos este principio a otros derechos reconocidos: ¿podemos negar el derecho a la vida de unos por el bien de otros? Sólo se me ocurren tres ejemplos en los que puede que se dé esta situación (pena de muerte, aborto y eutanasia) y los tres cuentan con grandes grupos y colectivos que se oponen a ellos. Otro caso, ¿se puede negar a alguien el derecho a la libertad en favor de la sociedad? Tenemos el caso de la cárcel, pero se podría argumentar (suponiendo que se trate de una sociedad justa) que nadie acaba en la cárcel si merecerlo, sin haber hecho algo con lo que "perdiese" el derecho a ser libre. Libertad religiosa, educación, sanidad,... todos son derechos que han de ser iguales para todos y que no han de negarse a nadie (¿se os ocurren otros ejemplos?). ¿Por qué la huelga sí puede (y debe) negarse a algunos?
Mi idea es que le huelga no es un derecho, sino otra cosa. No es un derecho porque no podemos hacer uso de él todos al mismo tiempo sin crear el caos y no lo considero un derecho porque no lo veo incluido dentro de la dignidad humana. Pensad en un labriego de hace 3000 años (o incluso en uno actual). Este labriego es un ser humano, así que es igual de respetable que nosotros y comparte nuestros derechos. En caso de sequía ¿qué sentido tiene que el labriego se declare en huelga y no vuelva a labrar hasta que llueva? ¡Ninguno! lo que este hombre debería hacer es buscar una fuente alternativa de agua. Ojo, no digo que la huelga sea algo inútil o innecesario, la experiencia ha demostrado todo lo contrario. Sólo sugiero que no es un derecho.
¿Y entonces qué es? Pues es una herramienta. Una herramienta para conseguir, asegurar y/o defender el verdadero derecho: el derecho a un trabajo digno. Eso incluye una jornada laboral razonable, un sueldo digno, vacaciones, horas extra,... todo eso que llamamos derechos de los trabajadores. Pero la huelga no es un derecho, sino una herramienta (una herramienta que debe permitirse) para conseguir ese derecho. Una herramienta que sí puede negarse a algunos para el bien de todos.
En fin, mañana es el "gran día" por llamarlo de alguna manera según los sindicalistas, ¿se puede saber quién de vosotros va a ir? ¿quién cree que esto va a solventar algún problema?
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