¡Goooooool en las Gaunas! ¡Tri-tri-tri-tri-ple! ¡Home run! ¡Touchdown!
Ya desde tiempos antiguos los humanos han usado el deporte para diversos fines. En la antigua Grecia, lugar de nacimiento de las famosas Olimpiadas, los atletas (todos hombres, por cierto) de las distintas ciudades-estado competían entre sí para ganar la palma de olivo (o una manzana según otras fuentes) de la victoria y traer el honor sobre los suyos y la desgracia sobre sus competidores. Carreras, lanzamientos de jabalina y disco, salto de longitud, lucha,... Los helenos competían entre sí para demostrar que eran los mejores, jugaban para ganar y su único objetivo era la victoria.
Pero no sólo ocurrió en Grecia: de forma similar pasaba en Roma con los gladiadores y las carreras de cuádrigas y los torneos de los caballeros medievales; los aztecas tenían un juego en el que dos equipos se enfrentaban para hacer pasar una pelota por un aro colgado en la pared; los duelos a espada de la época romántica acabaron originando la esgrima. En la Britania medieval empezaron a formarse las primeras nociones del rugby, el golf, el fútbol, el quidditch...
La historia del deporte es una historia de competición, de lucha por derrotar al adversario y ser el mejor. Para aquellos pueblos que preferían no entrar en guerra (o no podían permitírselo), el deporte era una magnífica forma de ver quién era el mejor. Sin embargo, hubo un hombre que a finales del siglo XIX vio el deporte de otra manera: el Barón Pierre de Coubertain, padre de los actuales Juegos Olímpicos. Siguiendo la idea del famoso lema "Lo importante no es vencer, sino participar" (cita de Ethelbert Talbot y no de Coubertain), el barón promovió un deporte lleno de valores "positivos" como el trabajo en equipo, la "deportividad" (tal y como ahora la entendemos), el saber ganar y el saber perder, el fair play,... El objetivo ya no era ganar, sino disfrutar.
Pero, ¿es así el deporte actual? Dopaje, amaños, trampas, sobornos, primas y sobrinas, árbitros y jugadores insultados, comprados y /o agredidos, dedos en el ojo ajeno, peleas entre aficionados (algunas con trágico final),... ¿Qué deporte tenemos hoy en día? ¿Qué valores se dice que se ensalzan y cuáles se promueven realmente?
Por supuesto, los encuentros deportivos también sirven de entretenimiento para los ciudadanos no participantes, que sin esfuerzo ni peligro (esto último, sólo a veces9 pueden apoyar y animar a su ciudad/equipo/país/bando a grito pelado, pero esa parte os toca desarrollarla a vosotros.
jueves, 10 de mayo de 2012
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1 comentario:
¿Que qué pasa? Pasa que el deporte según mi opinión debe ser puro esfuerzo natural, nada de ayudas extra. Es como darle una moto a un ciclista para hacer el Tour o ponerle alas para planear en el salto de esquí...
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