Este sábado estaba en Cuenca visitando a una amiga, y enseñando esa ciudad una pareja de irlandeses. En la comida salió un tema curioso: si en la vida hay plot… argumento… es decir, si pasa que la vida de universidad, como periodo de formación, juergas, e inconsciencia, debe dar lugar inexorablemente, hacia los 30, a la búsqueda y adquisición de pareja estable, dos hijos, un ático y un monovolumen…. O si no, si en realidad puede y debe uno hacer lo que quiera, que en realidad somos libres… sentar la cabeza antes, no sentarla nunca: lo que uno quiera y cuando uno quiera… Por allí había 3 tesis (éramos 4 personas, y uno era muy callado)
-opción primera (libérrima, en lo sucesivo): en la vida sólo es obligatorio respirar y f…., lo demás es lo que te de la gana. Si te da la gana sentar la cabeza, tener hijos, o vestirte de azafrán y hacerte Hare-Krisna, es tu problema…. y debes hacerlo cuando quieras, y sólo si tú realmente quieres. Que la sociedad ve normal sentar la cabeza llegada una edad?.... ok, pero eso no debe influir en tus decisiones… en realidad ni siquiera debería haber presión social en ese sentido: nadie debe juzgarte, ni tú debes ceder a la presión social si la hay…. debes ser tú mismo, vivir sin guión todas y cada uno de las etapas de tu vida… te lo debes a ti mismo, y además sólo vives una vez. Improvisa hasta la muerte.
-opción segunda (conservadora, en lo sucesivo): no, en la vida hay momentos para todo, pero pasado el tren lo que era bueno ya es malo. Y vivimos en sociedad, no puedes ir a tu bola, es incómodo e irreal pretender eso. Así que si quieres desfasar, pillar una mochila y recorrer mundo… hazlo de joven. Luego, a criar, que ya te toca que lo dicen las madres en cuando te acercas a los 30, y a hacerlo de un modo responsable… A lo mejor siendo viejuno te apetece ir a un bar y pillar una cogorza del quince, e incluso jugar al fútbol con los chiquillos… pero debes tener sentido del pudor y no hacerlo, eso es denunciable por pedofilia, por impudicia… y si no es denunciable constituye un espectáculo deplorable, lo de disfrazarse de joven y obviar el hecho biológico fundamental de que uno está más podrido que el culo de un bote…. Nada, de joven una cosa, y de mayor otra, y de viejo otra, y así… la sociedad ha escrito que vida tiene plan, y hay que seguirlo.
-opción tercera (en lo sucesivo mixta): Comparte con la libérrima que no debería haber presión social; y, aunque la hay… es necesario pasar de ella... no hay que ceder “porque-toca” como afirma la opción conservadora (aunque muchos hacen eso… ¡y así de desgraciados son!)…. Pero ocurre que lo que te vale a los 10 no te vale a los 20, ni te vale a los 30, y así sucesivamente. El cuerpo te va pidiendo otras cosas. Esa especie de guión sí existe, luego la sociedad dice que dos hijos (hace 20 años decía que 7), y dice cosas que a veces huelen bien y a veces huelen mal pero... en este caso la sociedad recoge un hecho fundamental: nuestros apetitos cambian con la edad. Es más, está bien que así sea. Debe ser así… no por presión social, no por renuncia a la libertad… es tu propio cuerpo, que va haciendo aguas; tu propia mente, que va cambiando…. Y si algo no ha cambiado y lo que te vale a los 20 te vale a los 40... háztelo mirar, porque tú te llamas libérrimo, pero de hecho algo va mal en tu cabeza
Vosotros, que hasta cierto punto estáis iniciando el camino, qué creéis… ¿hay guión?... ¿opción libérrima, conservadora o mixta?... ¿otra?
martes, 25 de noviembre de 2008
jueves, 20 de noviembre de 2008
VALOR Y/O EXHIBICIONISMO. HIPER-REALIDAD E HIPER-IDIOTEZ TELEVISIVA
Para los interesados en filosofía de gran calibre referida a los estoicos, aconsejo George H. Sabine, en Historia de la teoría política (una obra farragosa, de lenta y difícil digestión, pero estupenda). Allí cuenta cómo estos tíos fueron decisivos en el desarrollo del ius gentium romano…. simplificando… forjaron ideas igualitaristas, de una “comunidad humana”, la larva de los derechos humanos, bastante antes que los cristianos, y qué decir que los estadounidenses o simplemente españoles… ello debido, según los estoicos, a que existe un elemento común a todos, la razón. En fin, que fueron ellos los que por primera vez en la historia proclamaron la igualdad intrínseca de todos los hombres, griegos y bárbaros, nobles y plebeyos, esclavos y libres, ricos y pobres… los estoicos sólo entendían una diferencia: la que existe entre el sabio y el insensato… o, en su idioma, entre el hombre que acepta de buen grado el destino, y el hombre al que el destino arrastra igualmente, pero él todo encabronado por ello.
Y nada, otro tema para todos. Estos días me he aficionado a un programa de la tele, Pekín-express, o como se llame… más que nada porque me encanta viajar, y suelo hacerlo un poco de ese modo, tirado, tiradillo o tiradísimo, jamás en los típicos paquetes organizados de 3 días con sus 4 noches. Y ya viendo el programa, veo la fauna que circula por allí. He de decir que de todos, los que más me han cargado, y con diferencia, eran las gemelas. Verdaderas alimañas. Encantadoras cuando todo les cuadraba, unos bichos ariscos, miserables deplorables y furiosamente egoístas cuando las cosas no son como ellas querían. Estoicismo exactamente del revés. Competitividad en estado puro. Quintaesencia del deporte de élite, del capitalismo, del absurdo…. corre, corre, que al final todos vamos a ir al mismo sitio…
Y, hablando de ese sitio al que todos iremos por mucho que corramos, me ha sacudido el espectáculo, porque eso ha sido, de la gemela con cáncer. Pasa que a mí me ha sacudido en otro sentido del esperado… a ver… La han pintado como la gran heroína, la mujer que vence todos los obstáculos, la cabezonería en el buen sentido de la palabra, el espíritu de superación, todo ello con buenas dosis de música pestilente de cuerdas de fondo, llantos, cámaras lentas, montajes de todo tipo, ¡han dicho que ese valor bien vale tus lágrimas!… pasa que yo lo veo un poco de otra manera… ¿no es obscenamente sobreexpuesto revelar ante una cámara algo así?. Yo diría que una persona con cáncer que se mete a cruzar Mongolia, y que acaba soltando que tiene cáncer en medio del desierto del Gobi, justo a una cámara a través de la que la va a ver toda España, merece bastante más un psiquiatra que el público aplauso.
Desconfío un poco por naturaleza, y bueno, lo cierto es que el programa a partir de ahí ha doblado su audiencia… no digo que lo haya montado, pero cierto es que lo ha usado. Hay en la tele-realidad una dosis de exhibicionismo que no entiendo, y que sinceramente deploro. Pero he aquí mi pregunta recurrente… ¿será que soy viejuno? ¿a vosotros qué os parecen estas y otras mil formas de exhibición pública de deseos, sentimientos, relaciones, muertes…?
P.D.: Jim Carrey, pese a no ser actor santo de mi devoción, hizo una gran película en la que criticaba precisamente este aspecto… pasa que no me acuerdo del nombre… deberíais verla, los que no lo hayáis hecho. Además es divertida.
Y nada, otro tema para todos. Estos días me he aficionado a un programa de la tele, Pekín-express, o como se llame… más que nada porque me encanta viajar, y suelo hacerlo un poco de ese modo, tirado, tiradillo o tiradísimo, jamás en los típicos paquetes organizados de 3 días con sus 4 noches. Y ya viendo el programa, veo la fauna que circula por allí. He de decir que de todos, los que más me han cargado, y con diferencia, eran las gemelas. Verdaderas alimañas. Encantadoras cuando todo les cuadraba, unos bichos ariscos, miserables deplorables y furiosamente egoístas cuando las cosas no son como ellas querían. Estoicismo exactamente del revés. Competitividad en estado puro. Quintaesencia del deporte de élite, del capitalismo, del absurdo…. corre, corre, que al final todos vamos a ir al mismo sitio…
Y, hablando de ese sitio al que todos iremos por mucho que corramos, me ha sacudido el espectáculo, porque eso ha sido, de la gemela con cáncer. Pasa que a mí me ha sacudido en otro sentido del esperado… a ver… La han pintado como la gran heroína, la mujer que vence todos los obstáculos, la cabezonería en el buen sentido de la palabra, el espíritu de superación, todo ello con buenas dosis de música pestilente de cuerdas de fondo, llantos, cámaras lentas, montajes de todo tipo, ¡han dicho que ese valor bien vale tus lágrimas!… pasa que yo lo veo un poco de otra manera… ¿no es obscenamente sobreexpuesto revelar ante una cámara algo así?. Yo diría que una persona con cáncer que se mete a cruzar Mongolia, y que acaba soltando que tiene cáncer en medio del desierto del Gobi, justo a una cámara a través de la que la va a ver toda España, merece bastante más un psiquiatra que el público aplauso.
Desconfío un poco por naturaleza, y bueno, lo cierto es que el programa a partir de ahí ha doblado su audiencia… no digo que lo haya montado, pero cierto es que lo ha usado. Hay en la tele-realidad una dosis de exhibicionismo que no entiendo, y que sinceramente deploro. Pero he aquí mi pregunta recurrente… ¿será que soy viejuno? ¿a vosotros qué os parecen estas y otras mil formas de exhibición pública de deseos, sentimientos, relaciones, muertes…?
P.D.: Jim Carrey, pese a no ser actor santo de mi devoción, hizo una gran película en la que criticaba precisamente este aspecto… pasa que no me acuerdo del nombre… deberíais verla, los que no lo hayáis hecho. Además es divertida.
sábado, 15 de noviembre de 2008
FELICIDAD, DESEO, TÍAS BUENAS Y LOTERÍA.
es feliz el que está contento con las circunstancias presentes, sean las que quieran, y es amigo de lo que tiene… Séneca.
Ah, los estoicos… atenazados por la pau, nunca puedo dedicarles la atención que se merecen en las clases. Pero sí un ratillo, y por supuesto una entradita en el blog…
Vale que los estoicos tienen un tufo raro a derrota pura y dura, a tirar la toalla y aceptar la miseria construyendo un castillo racional que maquille el drama. Asumen que hay un destino, y que el sabio, si lo es de verdad, no debe perturbarse ante lo que ocurra en el mundo, ni en lo bueno ni en lo malo. En fin, tienen cosas raras, a veces dan la impresión de ser, a la filosofía, el olor de un ambientador que se monta sobre la peste de fondo.
Pero bueno, también tienen alguna lección impagable: nos invitan a no ser esclavos de nuestros deseos, a reconciliarnos con nuestra realidad, a verle su puntillo a lo que tenemos enfrente de los morros y, bueno, a llevarnos bien con nosotros mismos, a no quemarnos persiguiendo chorradas…
El otro día ilustré una lección de estoicismo con una escena real que todos podéis ver a diario, cuando no protagonizar: en un bar, un tipo admiraba a la última estrella del rock, que se contoneaba morbosamente en una pantalla gigante, con su tipo perfecto, su imaginería altamente sexual… ¡una tía impresionante, la de la pantalla!. Lo curioso del tema es que el hombre que miraba con la boca abierta aquella imagen de la tele tenía enfrente a su novia, y así estaba él, estrábico literal y metafóricamente hablando. Cierto que su novia era, a decir verdad, fofa, y más si la comparamos con la de la pantalla… sí, fofa es, en general, la realidad… ¡pero con una importante ventaja: es real!. Total, que aquel hombre tenía un imponente enemigo entre él y su felicidad: su propio deseo. Un deseo que canalizaba hacia ídolos, imágenes preparadas, objetos de consumo estudiados, diseñados y enlatados en una tele y, en cualquier caso, ajenos a su mundo. Un deseo que le distraía de la tía que tenía enfrente, la de carne y hueso, cuando ella era al fin y al cabo la llamada a colmar su deseo, no la de la pantalla…. Ese hombre no tenía lo que quería, y en cierto modo tampoco quería lo que tenía… eso es un problema.
Otra anécdota: todo el mundo echa lotería. Eso es una pasión muy triste: revela toda la peste del deseo en estado puro… bronca con la realidad de cada cual, cosificación y cuantificación de la felicidad…. Y pasa que yo cada año tengo que justificarme de algún modo ante el mundo porque jamás juego a la lotería. No me comprenden, pero… ¡ya tengo lo que quiero!. Gracias a los dioses no quiero las chorradas que me han dicho en la tele que tengo que querer…. Los problemas económicos del 99.9% de la gente que he conocido en el primer mundo no son problemas reales, son problemas de deseo. Ellos ya tienen, sólo les falta querer lo que tienen.
En fin, ¿cómo veis vosotros el difícil equilibrio entre conformismo y autocrítica de los deseos superfluos… equilibrio siempre complicado, pero más aún en un mundo tan consumista como el que nos ha tocado vivir?
Ah, los estoicos… atenazados por la pau, nunca puedo dedicarles la atención que se merecen en las clases. Pero sí un ratillo, y por supuesto una entradita en el blog…
Vale que los estoicos tienen un tufo raro a derrota pura y dura, a tirar la toalla y aceptar la miseria construyendo un castillo racional que maquille el drama. Asumen que hay un destino, y que el sabio, si lo es de verdad, no debe perturbarse ante lo que ocurra en el mundo, ni en lo bueno ni en lo malo. En fin, tienen cosas raras, a veces dan la impresión de ser, a la filosofía, el olor de un ambientador que se monta sobre la peste de fondo.
Pero bueno, también tienen alguna lección impagable: nos invitan a no ser esclavos de nuestros deseos, a reconciliarnos con nuestra realidad, a verle su puntillo a lo que tenemos enfrente de los morros y, bueno, a llevarnos bien con nosotros mismos, a no quemarnos persiguiendo chorradas…
El otro día ilustré una lección de estoicismo con una escena real que todos podéis ver a diario, cuando no protagonizar: en un bar, un tipo admiraba a la última estrella del rock, que se contoneaba morbosamente en una pantalla gigante, con su tipo perfecto, su imaginería altamente sexual… ¡una tía impresionante, la de la pantalla!. Lo curioso del tema es que el hombre que miraba con la boca abierta aquella imagen de la tele tenía enfrente a su novia, y así estaba él, estrábico literal y metafóricamente hablando. Cierto que su novia era, a decir verdad, fofa, y más si la comparamos con la de la pantalla… sí, fofa es, en general, la realidad… ¡pero con una importante ventaja: es real!. Total, que aquel hombre tenía un imponente enemigo entre él y su felicidad: su propio deseo. Un deseo que canalizaba hacia ídolos, imágenes preparadas, objetos de consumo estudiados, diseñados y enlatados en una tele y, en cualquier caso, ajenos a su mundo. Un deseo que le distraía de la tía que tenía enfrente, la de carne y hueso, cuando ella era al fin y al cabo la llamada a colmar su deseo, no la de la pantalla…. Ese hombre no tenía lo que quería, y en cierto modo tampoco quería lo que tenía… eso es un problema.
Otra anécdota: todo el mundo echa lotería. Eso es una pasión muy triste: revela toda la peste del deseo en estado puro… bronca con la realidad de cada cual, cosificación y cuantificación de la felicidad…. Y pasa que yo cada año tengo que justificarme de algún modo ante el mundo porque jamás juego a la lotería. No me comprenden, pero… ¡ya tengo lo que quiero!. Gracias a los dioses no quiero las chorradas que me han dicho en la tele que tengo que querer…. Los problemas económicos del 99.9% de la gente que he conocido en el primer mundo no son problemas reales, son problemas de deseo. Ellos ya tienen, sólo les falta querer lo que tienen.
En fin, ¿cómo veis vosotros el difícil equilibrio entre conformismo y autocrítica de los deseos superfluos… equilibrio siempre complicado, pero más aún en un mundo tan consumista como el que nos ha tocado vivir?
miércoles, 12 de noviembre de 2008
PERO QUÉ GRANDE LA TENEMOS, EL ALMA CONCUPISCIBLE
Ey!
Intenté ser muy tibio exponiendo la cuestión de la discriminación positiva por género… el peso machacón de lo políticamente correcto empieza a crear casi un libro de estilo tatuado a fuego consciente o inconscientemente. Y, bueno, el mismo hecho de que planteara la posibilidad de opinar sobre ese tema es ya políticamente incorrecto... sé de algún profesorcillo, que se cree pogre, que sólo por leer la entrada anterior referida al género en este blog, y vuestras respuestas, tendrá una bonita úlcera; de la cual me alegro. Pero sobre todo, me alegra ver que por encima de los mundos de yupi que los políticos y los iluminados intentan imponer, en este aspecto se impone en vuestras mentes el sentido común. Somos iguales. Lo dicen ellos, y lo dicen ellas. Ni más, ni menos.
Hoy la cosa es que me ha entrado un alumno y me ha preguntado si podía hacer mañana huelga. Y, claro… pedazo de revuelto de sesos que tiene al respecto. ¡Me pregunta a mí si puede él ejercer su derecho!. ¿Imagináis que si yo hago huelga le preguntara a mis alumnos, o los de Nissan a sus jefes?.... Pero hubiera quedado ahí la cosa medio decente si no le hubiera preguntado yo por qué hace huelga. Pufffff….. sus respuestas han sido erráticas, imprecisas… que si Bolonia, que si este instituto es una mierda, que si le quieren quitar la beca, que si van a privatizar la universidad, que si quiere que quiten la pau….. lo único que ha dejado claro es cuando ha dicho lo que me ha parecido la verdadera causa material, formal, eficiente y final de su huelga: le tira más el cachondeo y el escaqueo de la huelga que venir a clase.
Si alguien tiene conocimientos de historia sabrá lo que ha costado conseguir ciertos derechos sociales hoy considerados esenciales y consolidados. Entre ellos, paradójicamente, el derecho a huelga. Tirando de historia veréis cómo se consiguieron derechos civiles y políticos, y más allá de eso derechos sociales, económicos y culturales por medio de lucha, verdadera lucha, de mucha gente. Gente que se dejó los cuernos y la sangre para que hoy… pues no sé para qué, pero no creo que para que usemos el derecho a huelga con el alma concupiscible puño en alto.
Claro que yo soy viejuno, como sabéis… confieso sin tapujos que cuando iba a lo que era 2º de bachillerato me tiré un mes rascándome el ombligo en nombre de una huelga…
Pero como hablo de la virtud, y no de mí, pregunto: ¿ejercen los estudiantes el derecho a huelga con responsabilidad? ¿con información? ¿con compromiso? ¿e incluso, más allá, deberían tener el poder de la huelga colectivos que no saben utilizarlo?
Intenté ser muy tibio exponiendo la cuestión de la discriminación positiva por género… el peso machacón de lo políticamente correcto empieza a crear casi un libro de estilo tatuado a fuego consciente o inconscientemente. Y, bueno, el mismo hecho de que planteara la posibilidad de opinar sobre ese tema es ya políticamente incorrecto... sé de algún profesorcillo, que se cree pogre, que sólo por leer la entrada anterior referida al género en este blog, y vuestras respuestas, tendrá una bonita úlcera; de la cual me alegro. Pero sobre todo, me alegra ver que por encima de los mundos de yupi que los políticos y los iluminados intentan imponer, en este aspecto se impone en vuestras mentes el sentido común. Somos iguales. Lo dicen ellos, y lo dicen ellas. Ni más, ni menos.
Hoy la cosa es que me ha entrado un alumno y me ha preguntado si podía hacer mañana huelga. Y, claro… pedazo de revuelto de sesos que tiene al respecto. ¡Me pregunta a mí si puede él ejercer su derecho!. ¿Imagináis que si yo hago huelga le preguntara a mis alumnos, o los de Nissan a sus jefes?.... Pero hubiera quedado ahí la cosa medio decente si no le hubiera preguntado yo por qué hace huelga. Pufffff….. sus respuestas han sido erráticas, imprecisas… que si Bolonia, que si este instituto es una mierda, que si le quieren quitar la beca, que si van a privatizar la universidad, que si quiere que quiten la pau….. lo único que ha dejado claro es cuando ha dicho lo que me ha parecido la verdadera causa material, formal, eficiente y final de su huelga: le tira más el cachondeo y el escaqueo de la huelga que venir a clase.
Si alguien tiene conocimientos de historia sabrá lo que ha costado conseguir ciertos derechos sociales hoy considerados esenciales y consolidados. Entre ellos, paradójicamente, el derecho a huelga. Tirando de historia veréis cómo se consiguieron derechos civiles y políticos, y más allá de eso derechos sociales, económicos y culturales por medio de lucha, verdadera lucha, de mucha gente. Gente que se dejó los cuernos y la sangre para que hoy… pues no sé para qué, pero no creo que para que usemos el derecho a huelga con el alma concupiscible puño en alto.
Claro que yo soy viejuno, como sabéis… confieso sin tapujos que cuando iba a lo que era 2º de bachillerato me tiré un mes rascándome el ombligo en nombre de una huelga…
Pero como hablo de la virtud, y no de mí, pregunto: ¿ejercen los estudiantes el derecho a huelga con responsabilidad? ¿con información? ¿con compromiso? ¿e incluso, más allá, deberían tener el poder de la huelga colectivos que no saben utilizarlo?
domingo, 9 de noviembre de 2008
GÉNERO, HOY
Hola sustancias
Como veis por el saludo, la cosa hoy parte de Aristóteles…. A estas alturas de curso siempre me toca explicar a este hombre y, bueno, después de contar cómo corrige con inmenso sentido común a su maestro Platón, cómo la teoría hilemórfica aristotélica le pega 70 vueltas al dualismo ontológico, cómo su explicación del movimiento sustancial deja a todos los presocráticos a la altura del betún, cómo, en fin, Aristóteles era tan riguroso, tan racional, tan impecable… después de todo eso me toca contar que, según él, las mujeres eran “inferiores” a los hombres, que según Aristóteles ellas no podían optar a la máxima felicidad de la virtud contemplativa que un hombre puede alcanzar en la polis, ni ellas ni los esclavos. En fin, choca que un tío tan cabal luego sea tan prejuicioso.
Bastantes siglos después eso se ha superado, en gran medida. Pero los cambios sociales van ahora tan deprisa que, bueno, no sé yo cómo anda la cosa por vuestra generación. Sé que en la mía quedan ciertos residuos de machismo… no como hace 30 años, claro está, pero queda…. Y por ello existe una legislación muy garantista de los derechos de las mujeres, muy nórdica, una legislación que intenta corregir fenómenos anacrónicos y casposos como la llamada “violencia machista”, y fomentar una igualdad real de hombres y mujeres. E incluso va más allá, hasta llegar a límites… farragosos… así, por ejemplo, asignando cuotas en ciertos cargos (ley de paridad, igualdad de número de hombres y mujeres)… incluso algo menos polémico para el gran público, pero en el fondo mucho más “fuerte”: invirtiendo la carga de prueba en casos de delitos de violencia de género (si alguien dice que robaste en un supermercado, eres inocente hasta que se demuestre lo contrario, seas hombre o mujer; si eres varón pero una chica dice que le pegaste, eres tú quien debe probar tu inocencia… algo difícil de hacer…).... En fin, esas medidas tienen un toque de discriminación positiva que a lo mejor no todos ven bien. A lo mejor en ocasiones toca pagar a justos por pecadores, lo cual atenta contra el propio estado de derecho, y es totalitario... A lo mejor el marco legal parte del presupuesto de una situación que ya no existe en amplias capas de la sociedad, en la que la mujer es efectivamente igual al hombre, luego no debiera ser objeto de categorización aparte… no sé, como os decía, vosotros ya sois otro mundo… ¿cómo veis allí la situación de la mujer? ¿cómo se mira desde ahí las campañas político-legales-institucionales contra la violencia de género?
P.D.: me encantan vuestras entradas, soy tirando a sincero y os lo debo decir... como en su día lo de infraseres... leyendo algunas no puedo evitar pensar lo que disfrutaríais echanzo la zarpa a algunos libros, lo bien que os vendrían para "dar peso" a vuestras intuiciones, u ofreceros un punto de vista distinto. Así que, bueno, para los más osados, transgresores y/o políticamente incorrectos os recomiendo un libro comparado con el cual Nietzsche y Sade son una carmelitas descalzas: Houellebecq. "Las partículas elementales". Si alguien se anima, que lo pille, pero con mucho cuidado.
Como veis por el saludo, la cosa hoy parte de Aristóteles…. A estas alturas de curso siempre me toca explicar a este hombre y, bueno, después de contar cómo corrige con inmenso sentido común a su maestro Platón, cómo la teoría hilemórfica aristotélica le pega 70 vueltas al dualismo ontológico, cómo su explicación del movimiento sustancial deja a todos los presocráticos a la altura del betún, cómo, en fin, Aristóteles era tan riguroso, tan racional, tan impecable… después de todo eso me toca contar que, según él, las mujeres eran “inferiores” a los hombres, que según Aristóteles ellas no podían optar a la máxima felicidad de la virtud contemplativa que un hombre puede alcanzar en la polis, ni ellas ni los esclavos. En fin, choca que un tío tan cabal luego sea tan prejuicioso.
Bastantes siglos después eso se ha superado, en gran medida. Pero los cambios sociales van ahora tan deprisa que, bueno, no sé yo cómo anda la cosa por vuestra generación. Sé que en la mía quedan ciertos residuos de machismo… no como hace 30 años, claro está, pero queda…. Y por ello existe una legislación muy garantista de los derechos de las mujeres, muy nórdica, una legislación que intenta corregir fenómenos anacrónicos y casposos como la llamada “violencia machista”, y fomentar una igualdad real de hombres y mujeres. E incluso va más allá, hasta llegar a límites… farragosos… así, por ejemplo, asignando cuotas en ciertos cargos (ley de paridad, igualdad de número de hombres y mujeres)… incluso algo menos polémico para el gran público, pero en el fondo mucho más “fuerte”: invirtiendo la carga de prueba en casos de delitos de violencia de género (si alguien dice que robaste en un supermercado, eres inocente hasta que se demuestre lo contrario, seas hombre o mujer; si eres varón pero una chica dice que le pegaste, eres tú quien debe probar tu inocencia… algo difícil de hacer…).... En fin, esas medidas tienen un toque de discriminación positiva que a lo mejor no todos ven bien. A lo mejor en ocasiones toca pagar a justos por pecadores, lo cual atenta contra el propio estado de derecho, y es totalitario... A lo mejor el marco legal parte del presupuesto de una situación que ya no existe en amplias capas de la sociedad, en la que la mujer es efectivamente igual al hombre, luego no debiera ser objeto de categorización aparte… no sé, como os decía, vosotros ya sois otro mundo… ¿cómo veis allí la situación de la mujer? ¿cómo se mira desde ahí las campañas político-legales-institucionales contra la violencia de género?
P.D.: me encantan vuestras entradas, soy tirando a sincero y os lo debo decir... como en su día lo de infraseres... leyendo algunas no puedo evitar pensar lo que disfrutaríais echanzo la zarpa a algunos libros, lo bien que os vendrían para "dar peso" a vuestras intuiciones, u ofreceros un punto de vista distinto. Así que, bueno, para los más osados, transgresores y/o políticamente incorrectos os recomiendo un libro comparado con el cual Nietzsche y Sade son una carmelitas descalzas: Houellebecq. "Las partículas elementales". Si alguien se anima, que lo pille, pero con mucho cuidado.
miércoles, 5 de noviembre de 2008
I HAVE A TONTORRÓN DREAM!
Veo con consuelo que vosotros al menos sí tenéis ideas políticas de algún tipo. Eso os hace menos manipulables, y por lo tanto constituye un dique natural para la idiotez ético/político/social rampante.
Pero permitidme una observación: veo que casi todas vuestras afirmaciones parten de un claro pesimismo antropológico… el ser humano es vago, avaricioso, ventajista, aprovechado… es malo... por eso Kaiser, como Hobbes, entre orden y libertad se queda con el orden, una especie de mal menor, asimilable al bien. Y por eso muchos tachan de utópica la fantasía comunista… ¡hasta el comunista Camelas!... con la materia prima putrefacta que es el hombre, la cosa no da para sueños...
Y, ya de paso introduciendo de algún modo lo que propone Naisky, pregunto: ¿de verdad es así?. ¿De verdad el ser humano es tan irremisiblemente petardo?. Lo cierto es que la sociología, la antropología, la historia y el sentido común, nos muestran a un hombre hijo de su tiempo, permeable a los valores de su época, que se cree más o menos lo que le ha tocado vivir.
Total, que como algunos comentaban, tal vez la raíz de la maldad del ser humano (maldad que impide una sociedad mejor) se encuentra en una sociedad putrefacta. Así que, ¿no sería posible una “versión mejorada” de hombre?. ¿Qué haría falta para ello?. Yo, por ejemplo, veo en la educación algo más que una fuente de ingresos. Creo fundamental los medios de comunicación, pero su labor en esto es nefasta… No sé, ¿no creéis posible mejorar lo que hay, mejorando al propio ser humano?. ¿Cómo se podría hacer tal cosa?
En fin, por acabar un poéticamente: Borges decía que la belleza de Don Quijote radica en que un hombre se atreve a ser lo que sueña, mientras que su verdadera locura fue descabalgar y echarse a morir. Tal vez las utopías de una sociedad justa, o un hombre mejor, no sean más que sueños… pero son bellos… los echo de menos en este mundo, y por eso planteo estos posts… oh, hoy estoy tontorrón…
Pero permitidme una observación: veo que casi todas vuestras afirmaciones parten de un claro pesimismo antropológico… el ser humano es vago, avaricioso, ventajista, aprovechado… es malo... por eso Kaiser, como Hobbes, entre orden y libertad se queda con el orden, una especie de mal menor, asimilable al bien. Y por eso muchos tachan de utópica la fantasía comunista… ¡hasta el comunista Camelas!... con la materia prima putrefacta que es el hombre, la cosa no da para sueños...
Y, ya de paso introduciendo de algún modo lo que propone Naisky, pregunto: ¿de verdad es así?. ¿De verdad el ser humano es tan irremisiblemente petardo?. Lo cierto es que la sociología, la antropología, la historia y el sentido común, nos muestran a un hombre hijo de su tiempo, permeable a los valores de su época, que se cree más o menos lo que le ha tocado vivir.
Total, que como algunos comentaban, tal vez la raíz de la maldad del ser humano (maldad que impide una sociedad mejor) se encuentra en una sociedad putrefacta. Así que, ¿no sería posible una “versión mejorada” de hombre?. ¿Qué haría falta para ello?. Yo, por ejemplo, veo en la educación algo más que una fuente de ingresos. Creo fundamental los medios de comunicación, pero su labor en esto es nefasta… No sé, ¿no creéis posible mejorar lo que hay, mejorando al propio ser humano?. ¿Cómo se podría hacer tal cosa?
En fin, por acabar un poéticamente: Borges decía que la belleza de Don Quijote radica en que un hombre se atreve a ser lo que sueña, mientras que su verdadera locura fue descabalgar y echarse a morir. Tal vez las utopías de una sociedad justa, o un hombre mejor, no sean más que sueños… pero son bellos… los echo de menos en este mundo, y por eso planteo estos posts… oh, hoy estoy tontorrón…
martes, 4 de noviembre de 2008
CABEZA, CORAZÓN, VIEJUNO, COMUNISMO
Hola seres. Mi bienvenida a todos los que me dejé la otra vez: los nuevos, los llegados tarde, los que pasen por aquí...
Al tema, ya que ha salido por allí esa evocadora palabra… comunista…
A ver, se le atribuye a W. Churchill una frase de esas que le dejan a uno de una pieza: “Quien no es comunista a los 20 años no tiene corazón; quien es comunista a los 40 años no tiene cabeza”.
Sea lo que fuere el comunismo, que supongo no controláis demasiado (aunque siempre podéis buscar información en Internet, e incluso en esas cosas rectangulares tan extrañas llamadas “libros”, e incluso en los apuntes de Marx de la página del insti), lo importante es: esa frase describe que inherente a la juventud es tener grandes ideas de reforma política, de erradicación de la injusticia, tal vez de reparto de la riqueza, en cualquier caso, de un mundo mejor. Cierto que, siguiendo la frase, esa llama se apaga conforme uno se adapta, se adocena, se aburguesa, claudica… cosa que pasa inexorablemente con los años, dice Churchill, excepto cuando uno envejece pero su sensatez no aparece…
Pero bueno, a lo que voy… diría que esa frase ya no vale para vosotros. O qué. No sé, en general los grandes ideales, que tal vez fueran viscerales, cosas de juventud, evanescentes y demás pero, al fin y al cabo, grandes y nobles, se han ido… ¡se esfumaron!.
Ocurre que yo no lo sé, que sólo soy viejuno y observo. Qué pensáis vosotros, que sí tenéis grandes ideales, pero son otros… que no los tenéis… que sois ya sensatos, que en la edad cerebral/visceral de la política y los grandes ideales tenéis la adaptación derrotista, sensata a decir de Churchill, de los 40... tal vez pensáis que vivís en el mejor de los mundos posibles… tal vez desecháis por imposible cualquier idea de cambio… ¿sois viejunos políticos?... no sé cómo lo veis. Y, por supuesto, sea cual fuere vuestra respuesta: ¿por qué?
Al tema, ya que ha salido por allí esa evocadora palabra… comunista…
A ver, se le atribuye a W. Churchill una frase de esas que le dejan a uno de una pieza: “Quien no es comunista a los 20 años no tiene corazón; quien es comunista a los 40 años no tiene cabeza”.
Sea lo que fuere el comunismo, que supongo no controláis demasiado (aunque siempre podéis buscar información en Internet, e incluso en esas cosas rectangulares tan extrañas llamadas “libros”, e incluso en los apuntes de Marx de la página del insti), lo importante es: esa frase describe que inherente a la juventud es tener grandes ideas de reforma política, de erradicación de la injusticia, tal vez de reparto de la riqueza, en cualquier caso, de un mundo mejor. Cierto que, siguiendo la frase, esa llama se apaga conforme uno se adapta, se adocena, se aburguesa, claudica… cosa que pasa inexorablemente con los años, dice Churchill, excepto cuando uno envejece pero su sensatez no aparece…
Pero bueno, a lo que voy… diría que esa frase ya no vale para vosotros. O qué. No sé, en general los grandes ideales, que tal vez fueran viscerales, cosas de juventud, evanescentes y demás pero, al fin y al cabo, grandes y nobles, se han ido… ¡se esfumaron!.
Ocurre que yo no lo sé, que sólo soy viejuno y observo. Qué pensáis vosotros, que sí tenéis grandes ideales, pero son otros… que no los tenéis… que sois ya sensatos, que en la edad cerebral/visceral de la política y los grandes ideales tenéis la adaptación derrotista, sensata a decir de Churchill, de los 40... tal vez pensáis que vivís en el mejor de los mundos posibles… tal vez desecháis por imposible cualquier idea de cambio… ¿sois viejunos políticos?... no sé cómo lo veis. Y, por supuesto, sea cual fuere vuestra respuesta: ¿por qué?
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