Procedo a no sé, divagar en torno a varias ideas. Estas ideas son como un café con leche, no son solo leche y café, sino que además hay una parte entre ellas, una interacción entre ambas que es la que verdaderamente forma el café con leche en sí, con esto quiero expresar lo que ya Aristóteles dijo en su momento:
“El todo no es la suma de las partes” = (No es lo mismo beber café y luego leche, que beber café con leche muajajaja)
Por tanto aparte de hablar de dos ideas por separado, la muerte y la moral, habrá que hablar de todas esas otras cuestiones que se quedan en medio y que conforman el café con leche que surge de mi encéfalo.
Bien, por un lado tenemos la muerte. Es curioso que la muerte es uno de los conceptos respecto a los que más se ha escrito. Digo que es curioso porque de la muerte no hay nada que decir pues es un suceso del que nadie sabe nada, puesto que nadie que lo haya experimentado nos ha podido informar de en qué consiste. Tan solo podemos hablar de lo que es la muerte como espectadores, pero la muerte en sí, solamente se puede comprender como protagonistas. ¿Quién puede definir mejor qué es conducir un fórmula uno, Fernando Alonso o yo?, con toda seguridad Fernando Alonso, por tanto con la muerte sucede exactamente lo mismo, nadie sabe nada de ella y a pesar de ello la gente llena miles de páginas en su nombre. En sí como espectador puedo decir que la muerte es algo necesario, inexorable y lógico. La oxidación ineficiente de la materia orgánica de la que estamos compuestos nos hace desgastarnos hasta el punto de morir, pero ¿qué sentido tiene morir? Me refiero a evolutivamente hablando, si los genes pretenden (no en el sentido de que quieren, solamente tienden a…) extenderse a lo largo de la población, por qué no mantenerse en un ¿mismo individuo durante la eternidad? En primer lugar ya hemos hablado de la oxidación de la materia orgánica que resulta ineficiente puesto que el oxígeno aunque nos permite vivir, es un gas que envenena nuestro organismo poco a poco pese a nuestra gran adaptación. En segundo lugar está el hecho de que es más rentable construir nuevos individuos que mantener una misma población. Probablemente habrá más motivos que yo desconozca. Ahora bien, ¿cuál es el mecanismo que desencadena la muerte por vejez? Nadie muere de viejo, eso es algo lógico. Toda persona muere debido a un fallo, un fallo cardiovascular, una enfermedad degenerativa, un cáncer, por no hablar de los fallos que podemos cometer en nuestro día a día que nos cuesten la vida debido a déficits motores o sensoriales, pero ¿por qué las personas con cierta edad tienen mayor posibilidad de padecer este tipo de fallos? Por los motivos que hemos dicho antes y por otro mucho más importante que se encuentra en nuestros genes, cuando el organismo presenta un estado bioquímico concreto (durante la vejez los niveles hormonales cambian) la probabilidad de que se desencadenen enfermedades codificadas en ciertas secuencias de nuestro ADN se disparan, y así en un momento u otro morimos. La muerte tiene sentido vista más allá de nuestros vínculos personales con parientes cercanos que mueren. Por tanto ya sea por uno u otro motivo, estamos condenados a morir, es algo que la gente no quiere aceptar, y mucho menos cuestionarse el por qué de esta inexorable tendencia a la desaparición de uno mismo.
Por otro lado está la moral. La moral… en ocasiones me gustaría que no existiera y en otras me gustaría que la mía fuera la única. Todo el mundo sabe que la moral es subjetiva, es algo que te enseñan. Es algo que cala en todo lo que hacemos día a día, absolutamente en todo, puesto que la moral es una guía con las normas dentro de nuestra cabeza que afecta en cierta medida a nuestro comportamiento. Digo en cierta medida, porque aunque uno sabe que matar es algo malo, en ocasiones lo hace aun a pesar de pensar que es algo malo. Pero pongamos otro ejemplo más sencillo. Hace poco yo así a tontas y a locas decidí que me iba a rapar la cabeza, sin embargo no llegué a hacerlo porque, en mi cabeza algo me lo impedía. Pensaba en la bronca que me echaría mi madre, en las críticas de mi entorno cercano, (podría haber pensado otras cosas como que el pelo crece o que iba a ligar un montón rapado, pero en mi caso no fue así) etc., esto va encadenado a mi moral que me dice que debo pedir permiso a mamá para cierto tipo de cosas luego, antes de hacer nada, antes de raparme, ya me estaba autocastigando mentalmente con las consecuencias venideras, con esos pensamientos nocivos…eso amigos es autocontrol, que como podéis ver no tiene por qué ser algo rentable siempre. En otros hogares la gente se hace tatuajes y se rapa la cabeza sin decir nada a sus padres, pero en mi casa las normas, la moral que respiré desde pequeño son esas en concreto. Como podéis ver, la moral definida como el conjunto de normas que tenemos en mente no determina lo que hacemos, pero afecta en mayor o menor medida a nuestro comportamiento. ¿Qué habría pasado si me hubieran pagado 100€ por raparme? Lo habría hecho o no, pero la probabilidad de que lo hubiera hecho habría aumentado considerablemente. A donde quiero ir a parar es a que la moral se aprende y la que vale es la de la mayoría. Aquí es donde entra pongo en común moral y muerte. ¿Es moralmente aceptable el aborto? ¿Es moralmente aceptable la pena de muerte? ¿Es moralmente aceptable una corrida de toros? ¿Es moralmente aceptable la ablación de clítoris? ¿Es moralmente aceptable que la mujer trabaje? ¿Es moralmente aceptable que en lugar de un Rey gobierne un político? ¿Es moral matar a ese individuo que ha violado y asesinado a nuestra hija pequeña?
Mi respuesta es que sí, todo es moralmente aceptable o no aceptable si nos enseñan a que sea así o asá. De todas formas esto es mucho más complejo que esa simple frase, hay ciertos actos que están genéticamente codificados como MALOS. El incesto es uno de ellos porque como especie resulta nocivo para la dotación genética de los individuos, la violación de mujeres es otro de ellos puesto que es atentar contra el capital reproductivo de la especie (el capital reproductivo lo poseen las hembras). De igual modo existen problemas a día de hoy que nos han enseñado a que sean malos, pero que genéticamente han resultado beneficiosos como la pederastia. Ojo, y alerta, no defiendo ni mucho menos la pederastia solo digo que es un ejemplo de algo que los genes codifican como BUENO y que nosotros codificamos como malo, puesto que así lo hemos aprendido. Los genes lo codifican como algo bueno porque la estrategia de selección sexual de nuestra especie por parte de los machos hace que busquemos hembras jóvenes, lo más jóvenes posibles puesto que eso aumenta la probabilidad de que la hembra sea fértil. Esta tendencia puede tener mucho que ver con los casos de pederastia que ocurren hoy en día y que hace miles de años no eran un problema. Sin embargo los chimpancés utilizan otra estrategia, eligen hembras viejas que ya hayan tenido descendencia, porque así se aseguran de que la hembra es fértil, ¿os imagináis que hubiéramos adoptado esa estrategia hace miles de años? Ahora probablemente no habría problema en que yo, a mis veinte años, me liara con una cincuentona.
En resumen, ¿si no existieran los reparos morales, si solo actuáramos como robots calculando en base a la información de que disponemos qué es lo más adecuado hacer, nos iría mejor o peor como especie objetivamente hablando?
Como persona yo en concreto soy de los que tienen claro qué está bien y qué no, aunque pueda comprender otras posiciones y respetarlas SIEMPRE Y CUANDO SEAN LEGALES EN MI PAÍS, como estudiante de psicología, no quiero ni necesito la moral para nada, puesto que me gustaría simular en cuerpos de jóvenes de 22 o 23 años las condiciones bioquímicas de un abuelo para comprobar si realmente, los genes letales se disparan con mayor probabilidad ante dichas condiciones químicas, aunque pusiera en riesgo la vida de los sujetos experimentales.
jueves, 8 de julio de 2010
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