martes, 8 de noviembre de 2011

¿El debate? Vamos no me jodas.

Es curioso todo lo que se lee en los periódicos el día después del "debate" -permitid que me descojone- entre los líderes de los dos principales partidos políticos. Se dice "¿quién ganó?", "Ganó Burracalva", "Mariano el de la peineta vence" etc. Por supuesto cualquier aseveración en esta línea es una soberana gilipollez. Después se suele analizar "en profundidad" el comportamiento no verbal de ambos candidatos en el "debate" por supuestos chamanes que tienen que ver más con el doctor Kalaka Mongo de la salida de metro Puerta del Ángel que con un científico.

Y os podéis preguntar, "¿pero cómo que no es un debate?" Coño, pues porque un debate consiste básicamente en una cosa, mantener una tesis (una idea general) rebatiendo al contrario una y otra vez. Para poder rebatir un argumento debemos escucharlo, analizarlo y por supuesto pretender rebatirlo. Ni Burracalva ni El de la Peineta se escuchaban, analizaban y tampoco se rebatían, estaban demasiado concentrados en leer uno lo que el equipo de cabrones le había escrito y el otro las mentiras del programa electoral del contrario. Por tanto, de debate nada, estaban demasiado estrangulados por sus intereses como para arriesgarse a ir sin guión alguno y con las ideas claras.

Lo peor de todo no es que no se hayan molestado en debatir, que la gente le de crédito a este circo o que este circo vaya a influir en una inmensa masa de imbéciles a la hora de votar. No. Lo peor es que este circo tendrá como efecto que estemos de nuevo cuatro años bajo las influencias y los desaguisados de la misma mafia de siempre, porque esto es una mafia pasándose la pelota cada cierto tiempo.

El resultado del debate, os lo digo yo, otros cuatro putos años soportando a una panda de cabrones hijos de la gran puta que nos mienten y nos roban con total impunidad, todo ello aliñado con el hecho sangrante de que somos lo suficientemente gilipollas como para seguir en la misma situación cuando podemos cambiarla. Más nos valdría analizar el comportamiento no verbal no en los debates, sino en el congreso de los imputados cagontó.